Tuesday, October 31, 2006

24 de marzo de 1976

Proceso de Reorganización Nacional



En 1974 murió Domingo Perón y la presidencia recayó en su vice y esposa María Estela Martínez de Perón. Frente a un clima de conflictividad social y violencia política, el gobierno de “Isabelita” estableció un proyecto que preveía la erradicación total del ala izquierda del peronismo y la disolución del modelo nacional-popular mediante la subordinación del poder sindical.
La esposa de Perón tenía como uno de sus asesores a José López Rega, uno de los personajes más oscuros de la historia argentina que no vaciló en utilizar metodologías propias del terrorimo de Estado. Fue el creador de la Triple AAA cuyo objetivo era eliminar físicamente a los opositores a través del asesinato político.
El gobierno isabelista también apuntó al cierre de los canales institucionales de diálogo a través del ejercicio sistemático de la censura.
La situación con los gremios empezaba a empeorar y fueron conformándose los grupos guerrilleros que enfrentarían el autoritarismo del gobierno.
A esta tensón se sumaría la proveniente de los planes militares de institucionalizar su rol de “guardianes” del orden, a través de la creación de una instancia desde la que ellos ejercerían un poder de veto sobre las autoridades electas.
En ese clima de enfrentamientos e incertidumbre política, las Fuerzas Militares, que se habían constituido para entonces como un actor político de peso, concedieron al gobierno peronista tres meses para que lograra estabilizar la situación.
Sin embargo, nada de eso sucedió. Finalmente, el 24 de marzo de 1976 ocurrió lo que muchos esperaban: Isabel Perón fue detenida y trasladada a Neuquén. La Junta de Comandantes asumió el poder, integrada por el Teniente Gral. Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando R. Agosti. Se designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla quien dispuso que la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea compondrían el futuro gobierno con igual participación. De esta manera, comenzó el audodenominado Proceso de Reorganización Nacional.
José Martínez de Hoz fue designado ministro de Economía y, el 2 de abril, anunció su plan para contener la inflación, detener la especulación y estimular las inversiones extranjeras. La gestión de Martínez de Hoz, en el contexto de la dictadura en que se desenvolvió, fue totalmente coherente con los objetivos que los militares se propusieron. Durante este período, la deuda empresaria y las deudas externas pública y privada se duplicaron. La deuda privada pronto se estatizó, cercenando aún más la capacidad de regulación estatal. Con ese clima económico, la Junta Militar impuso el terrorismo de Estado que, fuera de enfrentar las acciones guerrilleras, desarrolló un proyecto planificado, dirigido a destruir toda forma de participación popular. El régimen militar puso en marcha una represión implacable sobre todas las fuerzas democráticas: políticas, sociales y sindicales, con el objetivo de someter a la población mediante el terror de Estado para instaurar terror en la población y así imponer el "orden", sin ninguna voz disidente. Se inauguró el proceso autoritario más sangriento que registra la historia de nuestro país. Estudiantes, sindicalistas, intelectuales, profesionales y otros fueron secuestrados, asesinados y "desaparecieron". Mientras tanto, mucha gente se exilió.

Fuente: Svampa, Maristella, El populismo imposible y sus actores, 1973-1976, en James, Daniel (comp), Nueva Historia Argentina, Vilencia, proscripción y autoritarismo (1955-1976) Bs.As, Sudamericana, 2002

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Política económica de la última dictadura.
Centros clandestinos de detención.

La guerra de Malvinas.
El Juicio a las Juntas.
La Conadep y el Nunca Más.
Las elecciones de 1983.

28 de junio de 1966

Revolución Argentina
El gobierno de Arturo Illia tenía escasa credibilidad (había asumido con un 21 por ciento de apoyo popular) Su estrategia de progreso siguió la de Frondizi con un estilo más nacionalista en materia petrolera y una política monetaria y crediticia más abierta. Más cercano a la pequeña y mediana industria. otorgaba importancia las problemáticas del interior. Convencido de la necesidad de superar los desequilibrios interregionales creó el Consejo Nacional de Desarrollo. Los intentos nacionalistas de planificación fueron retomados por iniciativas provinciales.
Pero esta apertura tuvo como contracara varias crisis económicas y políticas en algunas provincias. Esta crisis se vio potenciada por el retorno de un sindicalismo fuerte liderado por el dirigente metalúrgico Augusto Vandor. En las elecciones provinciales de 1965 se materializó la disputa entre Vandor y Perón. Allí se reafirmó la figura del líder y se cayó el proyecto de "un peronismo sin Perón".
Jaqueado por los grupos de poder, la prensa y el sindicalismo, el presidente Arturo Illia fue depuesto por un nuevo golpe de Estado: la Revolución Argentina.
Fuente: Healey, Mark, El interior en disputa: proyectos de desarrollo y movimientos de protesta en las regiones extra pampeanas. En: James, Daniel (comp), Nueva Historia Argentina, Tomo IX, Violencia, proscripción y autoritarismo, 1955-1976. Bs. As., Sudamericana, 2003.
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Juan Carlos Onganía.
Política de la Revolución Argentina.
El Cordobazo.
Agustín Tosco.

29 de marzo de 1962

En las elecciones de febrero de 1958 se impuso la fórmula radica encabezada por Arturo Frondizi quien, prar ganar la presidencia, había cotejado los votos peronistas prometiendo la restitución de la C.G.T, la convocatoria a elecciones en todos los sindicatos aún no normalizados, marcando, así, su preferencia por una vuelta al sistema de negociación colectiva basado en sindicatos nacionales centralizados.
Fondizi sancionó la ley 14.455 de asociaciones profesionales que reconocía a una sola entidad negociadora en cada rama industrial. Así, se reestablecía el sistema peronista por el que la lista ganadora tomaba el control de todo el sindicato. De esta manera, se iba dando forma al programa desarrollista de Frondizi basado en una alianza nacional policlasista con inclusión de la presencia sindical.
Luego de un acuerdo con el FMI para obtener un préstamo de emergencia, el presidente anunció un plan de estabilización que reducía las proetcciones arancelarias, devaluaba el peso, aumentaba la mayoría de los precios controlados y prometía un virtual congelamiento salarial. Estas medidas implicaban la privatización del Frigorífico Nacional Lisando de la Torre. El movimiento obrero reaccionó inmediatamente a estas propuestas iniciando un período marcado por una cantidad creciente de huelgas.
Durante el gobierno de Frondizi comienza un proceso de burocratización de los sindicatos caracterizado por una distancia en la relación entre los dirigentes sindicales y las bases. Este desarrollo de los sindicatos se correspondía con la intención del presidente de volver a tratar con el peronismo pero sin su líder: Perón. De esta manera, los dirigentes habían fortalecido su imagen y se presentaban como la opción segura en las elecciones de 1962, hecho que preocupada demasiado a las fuerzas militares.
Tal como lo anunciaban los pronósticos, el resultado de los comicios fue una resonantes victoria peronista: sus candidatos ganaron ocho de las 14 gobernaciones. Si bien Frondizi anuló las elecciones e intervino esas provincias, no pudo salvar su presidencia y el 29 de marzo, con apoyo de las Fuerzas Armadas, asumió al cargo el presidente provisional del Senado, José María Guido.

Fuente: James, Daniel, Sindicatos, burócratas y movilización. En: James, Daniel (comp) Nueva Historia Argentina, Tomo IX, Violencia, proscripción y autoritarismo, 1955-1976. Bs. As., Sudamericana, 2003.


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Vandorismo
La reunión secreta de Frondizi con el Che Guevara.
Desarrollo e integración.

16 de septiembre de 1955: Revolución Libertadora

El ejercicio absolutista que Domingo Perón venía realizando del poder fue afectando la las relaciones de su gobierno con los diferentes actores políticos y sociales. A mediados de la década del 50 comenzó a resquebrajarse la relación con la Iglesia luego de que ésta fuera desplazada de sus ámbitos tradiocionales de acción pastoral entre mujeres, niños y la juventud. El movimiento más arriesgado fue el intento de convertir al justicialismo en la expresión del cristianismo. Una seguidilla de medidas fue suprimiendo los privilegios de los que hagía gozado la Iglesia. Así, se eliminó la enseñanza religiosa en las escuelas y los subsidios a los colegios privados, se aprobó la ley de divorcio, se autorizó la reapertura de prostíbulos, se prohibieron las procesiones religiosas. A principios de 1955, se anunció una reforma constitucional que determinaba la separación entre la Iglesia y el Estado. Desafiando las prohibiciones, el 8 de junio se realizó la procesión de Corpus Christi donde católicos, radicales, socialistas y comunistas marcharon por el centro de Buenos Aires. Posteriormente, el 16 del mismo mes, un sector de la Marina y la Fuerza Aérea, bombardeó la Casa de Gobierno. Advertido a tiempo, Perón logró escapar. Esa noche es recordada en la historia de nuestro país por la quema de las principales iglesias de la ciudad. Después de estos hechos, Perón dictó una conciliación y levantó el Estado de Sitio. Sin embargo, el llamado de pacificación no tuvo una respuesta positiva. A fines de agosto, a través de un comunicado, Perón comunicó su decisión de abandonar el gobierno para garantizar la tranquilidad. Para evitar la renuncia, la CGT organizó un movimiento de apoyo y la Plaza de Mayo fue el escenario de otro 17 de octubre. Frente a la muchedumbre, Perón anunció que retiraba su renuncia. "A la violencia le hemos de responder con una violencia mayor; cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de ellos. Hoy comienza para nosotros toda una vigilia de armas", fueron las palabras del presidente que quedaron retumbando en la historia argentina. Esta inesperada declaració terminó por convercer a muchos militares sobre qué hacer. Finalmente, el 16 de septiembre de 1955 se produjo el alzamiento militar conocido como Revolución Libertadora. Perón buscó asilo en Paraguay para luego exiliarse en España. El 23 de septiembre otra multitud se reunió en la Plaza de Mayo para aclamar al general Eduardo Lonardi, quien asumía como nuevo presidente de facto.

Fuente: Torres, Juan Carlos, Introducción a los años pronistas, en: Torres, Juan Carlos (comp) Los Años Peronistas (0943-1955) Bs. As, Sudamericana. Colección Nueva Historia Argentina, tomo VIII. 2002

4 de junio de 1943

El gobierno de Ramón Castillo fue desplazado sin ofrecer resistencia. La confusión política que rodeaba a las Fuerzas Militares de la época se vio resentida con la renuncia, antes de asumir de quien encabezara el el golpe, el general Arturo Rawson, y su reemplazo por el general Pedro Ramírez.
La Revolución de Junio de fue protagonizada por unas Fuerzas Armadas atravesadas por los contrastes que dividían a la vida política nacional: la actitud que se asumiría frente a la Segunda Guerra Mundial y el planteo en torno al funcionamiento de las instituciones políticas.

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Segunda Guerra Mundial.
Surgimiento de los nacionalismo: fascismo y nazismo.

6 de septiembre de 1930

José Félix Uriburu asume como Presidente provisional reemplazando al radical Hipólito Yrigoyen. El 20 de Febrero de 1932, Uriburu transfirió el mando a Agustín P. Justo quien era acompañado por Julio A. Roca (h) como Vicepresidente.


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Crisis de 1929: caída de la bolsa de Wall Street.
Pacto Roca-Runciman.